Reportaje

El modelo de crecimiento económico actual es responsable del cambio climático

La civilización actual, con toda la modernidad, sofisticación, ciencia y tecnología que ha desarrollado, es responsable de la crisis ambiental que presenta el planeta en la actualidad.

El crecimiento económico acelerado, es proporcional a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y destrucción de la naturaleza, lo cual ha dado como resultado la generación de fenómenos climáticos cada vez más extremos.

Para muchos el cambio climático es solo un tema que está de moda, pero la comunidad científica y los ambientalistas del mundo, aseguran que estamos ante un fenómeno que, en las próximas décadas, mostrará aún más su poder destructivo y cambiará, negativamente, la forma en que habitamos el planeta.

Desde el siglo XIX, con la llegada de la Revolución Industrial, se comenzó a extraer y quemar combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón. La quema de estos combustibles dio origen a los gases de efecto invernadero. Estos gases comenzaron a atrapar rayos solares en la tierra y estos rayos solares atrapados comenzaron el llamado proceso de calentamiento global, puntualiza el catedrático e investigador de la Universidad de El Salvador (UES), PhD. Walter Rivas.

Como consecuencia la temperatura media de la tierra se ha ido incrementando, hasta producir un desequilibrio en los patrones meteorológicos, que hoy conocemos como cambio climático.

Dicho de otra manera, la quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero, que, a lo largo del tiempo, se van condensado y acumulando en la atmósfera de la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando progresivamente la temperatura del planeta e incrementando, al mismo ritmo, los efectos devastadores del clima.

Más de un siglo quemando combustibles fósiles

El incremento de la temperatura a nivel global, que incluye la atmósfera, el océano y la tierra, es consecuencia de más de un siglo de quema de combustibles fósiles y de la explotación de los recursos naturales.

Países como China, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Japón, etc. se nos presentan como los modelos a seguir, pero son los países que generan el cambio climático, porque son los que producen mayor cantidad de gases de efecto invernadero. “Pero a ellos no les interesa el tema del clima”, subrayó el investigador.

La civilización tiene una idea equivocada de prosperidad, felicidad y riqueza. Estos son conceptos que se discutirán mucho en el futuro, a fuerza de los golpes que la naturaleza nos estará dando, “pero esto no lo entienden los gobiernos de estos países ricos, donde no cabe la lógica de una sociedad austera, que cuida el medio ambiente”, agregó.

Hay países que celebran que se esté derritiendo el ártico, porque esto abre la posibilidad de nuevas rutas marítimas de comercio, que se traduce en ahorro de transporte, porque se acortan los días para poner sus productos de un lado a otro, “pero no les importa los impactos que esto representa para toda la humanidad”, insistió el investigador.

Este modelo de civilización destruye al planeta y genera gran acumulación en pocas manos y demasiada pobreza en muchas poblaciones. Este es el modelo que se está expandiendo, donde los procesos de destrucción de la naturaleza se han acelerado y la riqueza queda en manos de los mismos fondos de inversión globales.

Estamos ante un capitalismo neoliberal salvaje y agresivo

El modelo actual de producción se basa en la extracción de recursos, para generar riquezas con materiales de ciclos de vida cortos, “con productos que rápidamente se convierten en basura”, criticó el investigador.

“Hoy se sabe que lo que la tierra es capaz de generar en un año, nosotros lo estamos consumiendo del 1 de enero al 31 de marzo, sin tomar en cuenta que ese consumo se duplica para los meses de octubre a diciembre. Eso quiere decir que, para que fuera sostenible el planeta, necesitaríamos cinco planetas como el que tenemos, el problema es que solo tenemos uno”, recordó el investigador de la UES.

Por lo tanto, toda la jerga neoliberal del crecimiento económico rápido, es falso, porque el crecimiento económico acelerado es destrucción de la naturaleza. Muchos de los modelos que admiramos, de países ricos, son insostenibles, porque no es posible el modelo de desarrollo que nos venden. Lo que nos muestran es un espejismo que no es viable, alertó.

La Tierra tiene un stock de recursos que son finitos: agua, aire, materias primas, etc. Pero, en la medida que el crecimiento económico se considera como infinito, los recursos naturales decrecen y se abre una fuerte brecha, a mayor incremento de riqueza, en el sentido que la conocemos, menor stock de recursos naturales, por extracción y agotamiento.

Pero ningún país optará por reducir la calidad de vida que, se supone, tenemos ahora, con toda la modernidad, ciencia y tecnologías, basadas en el petróleo, el carbón y el gas. Las energías hidroeléctrica, nuclear y renovable, son poco significativas para sostener un modelo de civilización como el que tenemos ahora, sostuvo.

La ONU prevé crisis alimentaria e hídrica causada por el clima

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el planeta nos está hablando de diferentes maneras, pero la humanidad parece no querer entender estos mensajes.

Tormentas, huracanes, tornados, sequias, inundaciones, etc., se han vuelto cada vez más extremos y cambiantes. Se suman los incendios forestales catastróficos que, en su mayoría, son ocasionados por las altas temperaturas de la atmósfera. La desaparición de los glaciares y la elevación del nivel del mar, entre muchos otros fenómenos de grandes proporciones, amenazan la vida del ser humano y de las diferentes especies que habitamos el planeta.

Estas condiciones adversas del clima nos afectan a todos y amenazan la producción de alimentos a nivel mundial. Por otra parte, se prevé un incremento significativo del nivel del mar, que provocaría inundaciones desastrosas, la pérdida de territorio y de cultivos, en todos los continentes, en las próximas décadas.

La elevación del nivel del mar es compleja, porque muchas grandes e importantes ciudades, alrededor del planeta, van a quedar bajo el agua, según la nasa y otras entidades internacionales, sostuvo el catedrático.

Los que más pierden ante este panorama son las comunidades pobres y las clases medias bajas, porque no disponen de medios ni recursos para enfrentar los fenómenos climáticos y sus consecuencias.

El nivel de resiliencia que tengamos para enfrentar, adaptarnos y sufrir menos, dependerá de la condición de nuestros ecosistemas principales, porque esto nos protegerá de los impactos y nos permitirá obtener recursos, subrayó.

El desastre está asegurado. “El cambio climático nos va a pegar fuerte” y es fundamental que despertemos nuestras conciencias y demos pasos a la acción organizada, parar tratar de evitar el desastre mundial sobre la especie humana y muchas de las formas de vida que habitan sobre el planeta, rompamos con las cadenas de la ignorancia, la pasividad y el desinterés, precisó el PhD. Walter Rivas.

Fuente consultada:

ttps://www.un.org/es/global-issues/climate-change

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